Metalizar telas
con foil

La indumentaria está de fiesta porque ahora hay más de 10 colores de foil laminador para renovar con toques metalizados las prendas clásicas y los accesorios.  Junto a Betina Ferrara, Silvia Botta y Mónica Godfroit, profes del staff de Eterna, repasamos algunos trucos infalibles para que tus proyectos textiles brillen a pleno.

Foil laminador: dos componentes

El foil laminador es una finísima capa de pigmentos metalizados adheridos a una lámina plástica transparente. Para adherir el metalizado a una tela es necesario que uses Adhesivo Textil, apoyes la cara opaca del foil en la zona que tiene adhesivo y le apliques calor medio con la plancha para que se active el pegamento. Cuando levantás el foil, la lámina transparente se separa del metalizado que quedará pegado a la tela.

El tipo de tela y su trama

Las telas más finas como el modal, liencillo o gasa, tienen una trama casi imperceptible, por lo cual es conveniente aplicar una menor carga de adhesivo textil. En cambio, el jean o la arpillera –que son más rústicas– requieren una capa más generosa de adhesivo para que llegue mejor a las fibras.

Es probable que las telas rústicas queden “jaspeadas” al retirar el foil porque se adherirá mayormente a las zonas de contacto y no a los recovecos de su entramado.

Para aplicar el Adhesivo Textil

El Adhesivo se puede aplicar con pincel, rodillo, espátula o esponja. Tiene la consistencia cremosa justa para que no se filtre debajo al trabajar con esténciles. Mayormente se lo usa con espátula porque es fácil de extraer del pote y esparcir parejo sobre un esténcil, aunque también hay quienes prefieren poncearlo con un recorte de esponja para regular la carga de producto más fácilmente.

Cuidado con los roces

El foil es una lámina súper finita que se adhiere a las zonas que tienen el adhesivo con lo cual puede despegarse con un rayón o un lavado intenso.  Siempre que puedas, evitá el roce en esa zona y lavá tus prendas a mano con delicadeza. Si se saltó una partecita de metalizado de una prenda y notás que la zona no está pringosa al tacto podés reforzar la carga de adhesivo. Si conservó su capacidad de adherencia, apoyá la cara opaca de un retazo de foil del mismo color, aplicá calor y ¡voilá!: zona restaurada.

Protección alternativa

Las telas necesitan mantener su flexibilidad intacta, por lo cual el metalizado no se puede proteger con un barniz como cuando se aplica sobre madera, por ejemplo. Sin embargo, es posible aplicarle una protección alternativa con Termolina Brillante, un barniz al agua sumamente flexible que se utiliza como apresto, en los bordes de una tela para evitar que se deshilache, por ejemplo. Para proteger con este producto ponceá una capa escasa y dejá secar.

Una variante plena de brillo

Generalmente, el adhesivo se aplica a la tela y, una vez seco, se apoya el foil. Betina Ferrara probó una variante genial para lograr un metalizado pleno en la tela: apoyar el esténcil sobre la cara opaca del foil (elegí alguno de formas simples y grandes, no uses letras finitas o formas complejas como un mandala) y poncear allí el adhesivo textil. Sin esperar a que seque, apoyarlo sobre la tela y aplicar calor con la plancha. Al retirarlo, el metalizado quedará parejo y sin ningún tipo de jaspeado sobre la tela. Mirá en este video cómo lo hizo.