“Necesitaba una mesa para disfrutar las tardes y noches cálidas en mi jardín, tomar mates, leer, cenar. Entonces, decidí aprovechar piezas que había recuperado hacía un tiempo para armarla: Las patas son dos respaldos de cama que encontré en un contenedor, igual que los tirantes. La tapa, madera que sobró de otro trabajo”, nos cuenta Ana María Trobbiani desde Bahía Blanca y se predispone a contarnos cómo fue la transformación.
Con todas las partes a la vista, definí el diseño y empecé a trabajar. Primero, lijé las piezas para emprolijarlas y sacarles imperfecciones. Luego, probé distintas combinaciones de colores y opté por las Chalk Paint Eterna 05. Arena y 89. África. Incluso, las usé para obtener un tercer color que utilicé para pintar con esténcil las guardas de las patas. Los detalles en dorado están hechos con una mezcla de Barniz y Purpurina. Por último, barnicé todas las piezas y, luego, armé la mesa.
Disfruto mucho ver la transformación de un mueble viejo y de feo aspecto o, como en este caso, de aprovechar materiales que otros tiraron para crear algo nuevo. Es muy gratificante ver el trabajo terminado.