Dominar tus pinceladas
Los pinceles artísticos son un mundo en sí mismo (y con gran historia) dentro del arte decorativo: los hay para las tareas rústicas, los hay tan maltrechos que solemos reservarlos para una ocasión más y descartarlos, también hay otros para las expresiones delicadas y detallistas. Aunque el primer impulso sea sujetarlo como una birome o un lápiz, su uso tiene otras complejidades. Acerca de ellas, de las buenas posturas de la mano y la búsqueda de intenciones en las pinceladas, hablamos con Cecilia Aguayo, artista plástica mendocina y profe de Eterna.
BUENA POSTURA
Sujetarlo entre el índice y el pulgar sin que los dedos lleguen a la virola (parte de metal). Esta postura de base sirve para el arte decorativo en general, tanto como para la pintura artística en bastidor.
“Quienes recién comienzan a pintar suelen utilizar el pincel como un lápiz: sujetándolo de la parte baja, bien cerca de las cerdas. Esto limita la soltura de la mano. El acompañamiento con ejercicios de trazo y precisión es súper importante en esta primera etapa, porque suelen ser posturas persistentes”.
LIBERTAD
Perder un poco el control de los trazos te permite obtener una mayor expresividad. Para eso, sujetalo de la última parte del mango así se reduce la precisión con el objetivo de trabajar líneas sugerentes. Sin dudas, es un gran desafío para implementar en tu pintura artística. ¡Animate al bastidor!
Los preferidos de Cecilia y para qué los utiliza
Estas herramientas, aliadas de nuestras pinturas, tienen múltiples formas y tamaños para acompañar cada trazo a lograr.