A los 15 años, Agustina Gallo asumió un desafío que marcaría su vida para siempre. Valiéndose de su vínculo desde pequeña con el arte, su gusto por el reciclado y las clases de teatro, se convirtió en conductora de Bricokids, el recordado ciclo “para chicos, hecho por chicos”, del canal Utilísima. Fue el primero de muchos programas que le permitieron posicionarse con un sello propio en el universo del arte decorativo. “Fueron muchísimos años. Utilísima fue una escuela para mí: me formó laboralmente, aprendí a trabajar con disciplina, continuidad, responsabilidad. Fue una experiencia que disfruté mucho y que me marcó hasta hoy. No falta la persona que aún hoy me diga: Te veo, te conozco y te sigo desde Bricokids”, comparte orgullosa.

Luego vinieron talleres por todo el país, la venta de vajilla pintada y nuevos programas de TV. Inquieta por naturaleza, Agustina adoptó “naturalmente” las redes sociales como medio para compartir sus ideas puestas al servicio de la decoración y el reciclado, y formó una comunidad que hoy suma 1.300.000 seguidores en su cuenta de Instagram.

Blanco: Comenzaste muy joven, ¿Cuál es el secreto para mantener el disfrute por el quehacer artístico después de tantos años?

Hay que trabajarlo. Cuido mucho de no saturarme para que me siga gustando hacerlo. Hoy tengo la posibilidad de elegir con qué marcas trabajar, optar por las que me dan libertad para hacer, que confían en mi trabajo y que sus productos me permiten crear libre. Lo artístico siempre tiene que estar atravesado por el disfrute porque si no, perdés algo importante. 

Blanco: ¿Cuáles son tus fuentes de inspiración?

Hoy hay muchas personas difundiendo su contenido por eso siento que hay que ofrecer variedad. Intento marcar la diferencia, busco mostrar cosas que sean originales, trato de no replicar cosas que veo. Siempre busco ir generando mi propio camino.

Blanco: ¿Cómo activás tu creatividad?

Utilísima me generó un ejercicio mental que mantengo y tengo activo todo el tiempo.  Hoy voy a una casa de decoración, por ejemplo, veo algo que me parece divino y pienso cómo buscarle la vuelta para que sea algo accesible, tal vez que sea un reciclado y que quede copado. Porque eso es importante: no me gusta hacer objetos decorativos que yo misma no pondría en mi casa. No es el reciclar por reciclar. Me gusta transformar y que el resultado final sea un producto estético, lindo. Esto es una premisa indispensable para mí