Ceci Aguayo
HOY...
Pintar en vivo,
entre la inspiración y la interacción
¡Qué experiencia extraordinaria pintar en vivo! Es un modo distinto de compartir el quehacer artístico, salir del taller, interactuar con la gente mientras la inspiración hace lo suyo. Siempre es una vivencia llena de adrenalina y aprendizajes.
Suelo sentirme algo nerviosa al comienzo, pero tengo mi propia “rutina” de inicio: instalarme lo más cómoda posible, disponer el caballete, una buena silla, los materiales a mano. Suelo sacar algunas fotografías (sobre todo cuando se trata de un paisaje o de registrar el entorno). Este registro es muy importante para mí, porque puede suceder que el final de la obra se dé en el taller.
A veces, comienzo con algunas líneas de boceto en el bastidor; otras, ya arranco con pinceladas. Lo que siempre sucede es que rápidamente conecto con la gente y, en esa interacción espontánea, surgen cosas nuevas. Los tiempos de pintar en vivo son distintos a los del taller y también varían según el lugar.
Este año, pinté en vivo en el stand de Eterna en Expohobby. Fue increíble: la gente se interesa en la técnica y en la paleta, pregunta sobre los materiales. Les llamó mucho la atención el uso del rociador para realizar chorreados. A diferencia de la soledad del taller, la concentración transcurre entre conversaciones y movimientos a mi alrededor: hay un intercambio interesante que se da con quienes se acercan a observar, a preguntar o comentar algo de mi trabajo y es muy satisfactorio; sin dudas, un motor para continuar.
También es muy enriquecedor para el trabajo artístico ser espectadora. Tuve el privilegio de ver a Emaús Miciu pintando en Merlo con sus pinceladas impresionistas, a Juan Lascano, a Álvaro Castagñet, a Álvaro Izurieta, excelentes maestros… Cuando veo pintar en vivo a artistas que admiro, me siento una eterna alumna, mi imaginación vuela y trato de captar cada trazo, percibir cómo logra algún efecto.
Es maravilloso saber que nunca se deja de aprender, en el taller o en un vivo. Me gusta tener presente una premisa: “si algo no sale como esperaba, no hay grandes dramas. Puedo volver a comenzar”.
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