Mariposas en la panza

Su cara ya es familiar entre la comunidad del arte decorativo. Con calidez, alegría y mucha energía, Luciana Carullo conduce desde mayo el ciclo Vivos Eterna desde Instagram. La invitamos a charlar fuera de cámara para conocer cómo forjó su vínculo con el arte y cómo conduce esas “mariposas en la panza” que siente al iniciar un proyecto.

¿Quién es Luciana Carullo?
Hace unos años hice un entrenamiento en liderazgo personal y -justamente– una etapa del taller consistía en poder definirnos a través de ejercicios de introspección (proceso muy arduo). El resultado fue descubrir que “soy una mujer exitosa, creativa y solidaria”, y siento que esas tres palabras me abarcan y definen. El adjetivo de “exitosa” me costó aceptarlo, pero después entendí que no se refería al “exitismo”, sino a la capacidad de afrontar desafíos poniendo siempre lo mejor de mí, más allá de los resultados.
Me considero artista creativa, en varios aspectos: soy actriz, trabajé en televisión varios años. Soy curiosa y una incansable hacedora: reciclo muebles, hago murales, pinto, diseño y modero el ciclo. Me gusta compartir alegría, tanto con mi arte, como en el contacto con los demás. Disfruto de alentar a las personas a sacar lo mejor de sí a través de la herramienta que sea. 

¿Cuándo incursionaste en el arte decorativo? 
Cuando dejé la tele, de a poco fui conectando con el arte y la pintura que, si bien lo hacía como hobby, no lo desarrollaba como medio de vida. Mucho me inspiró, aprendí y aprendo de mi mamá, Mónica Godfroit, que hace 30 años que se dedica a la pintura decorativa.

¿Cómo es tu taller? ¿Qué no puede faltar en él?
Es chiquito, cálido y muy luminoso. Todos los muebles que hay los reciclé yo con mucho amor y ¡color! Es mi pequeño lugar en el mundo. 
No pueden faltar el termo y el mate (obvio) ni linda música. Van desfilando muebles, cuadros de bicicletas… Y guardo “cosas y cositas” que siempre me pueden servir para algo.

¿Tenés una rutina de trabajo?
La verdad es que me cuesta bastante tener una rutina. Todo va dependiendo de los trabajos que tengo.

¿Cómo surge la inspiración?
Por lo general, de noche, a veces me duermo pensando en cosas que quiero hacer. Me inspira mucho el observar a mi alrededor las cosas que me sorprenden: la naturaleza, una canción, una buena película, la gente, las videollamadas con mi sobrina más chica en donde jugamos, dibujamos y nos contamos historias. La vida en sí es de constante inspiración. 

"Siento que la clave siempre es dejar fluir.
Por lo general, no me gusta preparar bocetos porque creo que eso me condiciona para lo que me puede surgir cuando estoy interviniendo, sea un objeto o una pared en un mural."

"El desafío y las cosquillas en la panza que me da enfrentarme al trabajo que voy a encarar hacen que empiecen a surgir los trazos sin pensarlo.
Me dejo llevar, eso es lo que más disfruto."

¿Qué es lo que más disfrutás del quehacer artístico?
Todo. Primero, la incertidumbre: empezar un proyecto me genera una sensación de mariposas en la panza. Probar con diferentes materiales. Prepararme mi matecito, poner música y arrancar a hacer. También tengo momentos en que me bloqueo, o algo no sale como espero y ahí empiezo a lidiar con mis inseguridades. Después me río de mí misma y lo puedo aceptar como parte del proceso. Por lo general, en esos momentos me viene bien cambiar de actividad, hacer algo de zentangle o dibujo intuitivo, y después volver. 

¿Cuál es el mayor atractivo de trabajar con muebles u objetos en desuso? 
Es un desafío que me encanta. Es como ver más allá. Enseguida descubro el potencial que tiene ese objeto. Creo que lo heredé un poco de mi papá: es el arregla tutti de la familia y siempre con mucho ingenio. Más de una vez, él me ayuda con los muebles. 
También me gusta pensar en la historia que tiene ese objeto y sentir que le estoy dando otra oportunidad de brillar. Cuando lijo muebles, por ejemplo, me encanta ir pasando la mano y sentir la madera, es cómo despojarlo de viejas capas y que surja su esencia.

¿Cómo te sentís en el rol de moderadora de los vivos de Eterna?
Cuando surgió la propuesta, acepté sin pensarlo. Para mí es fundamental trabajar con personas que siempre tienen ganas de crecer, y en equipos donde los valores humanos son importantes. Además, me permite estar en contacto con la gente, algo que disfruto mucho. Siento que quizás puedo aportar alegría, acompañar a alguien que está del otro lado mirando y capaz no la está pasando bien. 
Aprendo muchísimo de cada una de las profes y artistas que participan, como también acerca de los materiales. Es un nutrirme permanentemente, y estoy muy agradecida por eso. 

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Vivos Eterna

“Es un espacio maravilloso, que aporta tanto a quienes lo ven, porque pueden aprender y ponerlo en práctica para sus emprendimientos o por placer, como a quienes dan la clase porque tienen el desafío permanente de buscar nuevas propuestas. Cocreando pueden surgir muchas cosas buenas”.

“El entrenamiento de teatro siempre me nutre un montón. Hay un proceso lúdico muy interesante que dispara mi creatividad a pleno, y eso lo traslado a otros ámbitos”.

Seguí a Pinturas Eterna en su Instagram @pinturaseterna para conocer la agenda de encuentros.