En estos más de 100 días que llevamos de aislamiento social preventivo, la práctica artística fue imprescindible para canalizar emociones, miedos y darle al tiempo libre un sentido productivo.
Hoy, junto a la artista visual Carolina Filice te proponemos un nuevo desafío para sumar herramientas que nos permitan encarar mejor la post pandemia.
Un Zentangle (Zen: Meditación – Tangle: enredo o maraña) es un dibujo abstracto, utilizando la repetición de patrones, con lápices, acrílicos, etc. que sirve para equilibrar y calmar la mente. Son también los garabatos que hace una persona en un papel mientras está, por ejemplo, en una conversación telefónica larga.
Resumiendo: un zentangle consiste en repetir dibujos, patrones, círculos, motivos, geometrías o números sobre un papel hasta llenarlo del todo, sin pensar en nada y sin ningún objetivo más que meditar a través del dibujo activando los hemisferios.
Es una propuesta ideal para hacer en familia la hora previa a la cena, por ejemplo. Dividimos los ingredientes del plato que vamos a preparar y los comenzamos a copiar, dibujándolos o pintándolos. Esta es una manera de impulsar la división de caracteres dentro de nuestro cerebro, activando siempre los hemisferios, en pos del desarrollo de la creatividad.
Pintar con café, té, mate cocido sobre una hoja utilizando una ramita, palito de brochet o un tenedor. Dejarnos llevar por las manchas y los mágicos colores naturales. Cuando menos nos demos cuenta, estaremos realizando una gran meditación, calmando y equilibrando la mente.
¡La risa es salud! Es bienestar, nos permite flexibilizarnos ante una situación, resignificar un hecho y ver las cosas de un modo diferente. Por eso los invito a realizar un ejercicio lúdico, caricaturizándonos, con dibujos simples nuestros o de un familiar, con las frases que repetimos durante este confinamiento. No hace falta saber dibujar, pero sí poder reírnos de nosotros mismos y luego compartir esa experiencia.