Encintar
y mantener 100% la prolijidad

La cinta de enmascarar es una aliada indiscutible del quehacer cotidiano en el arte decorativo. Te contamos algunos secretos de su uso para que la pintura y otros materiales artísticos se mantengan “a raya” justo donde quieras marcar el límite.

El uso de la cinta de papel (también llamada de enmascarar o cinta de pintor) te permite resguardar determinadas zonas de trabajo a las cuales no querés que llegue la pintura u otros materiales. No solo permite realizar una buena terminación: a veces facilita la composición de un trabajo en varias capas de pintura con diversos sectores de color; otras, permite organizar tramas geométricas o establecer un juego de reservas. Su uso en pos de esta prolijidad requiere práctica y algunas consideraciones para que este objetivo no se vea “manchado” al momento de retirarla.

Algunos secretitos basados en la experiencia, los tipos de materiales artísticos y el objetivo creativo, para cuidar esos límites:

La regla número uno para cuidar la prolijidad es quitar la cinta cuando el material que usaste (pintura o cargas densas) está húmedo porque todavía conserva su  elasticidad, no se cuartea con el traccionar de la cinta al despegarla y evitás que se levante en bloque de las zonas que precisás que queden intervenidas.

Siempre hay un lado de la cinta que está más en contacto con la pintura y es el que precisás que se delimite bien; repasalo con una goma de borrar antes de pintar. Esto refuerza su adherencia solo en esa zona y la deja más liviana del otro lado para cuando debas despegarla.

Al ser más densos que otros, como Pintura para tela, Esmalte Acrílico o Acrílicos decorativos, se vuelve  más importante quitar la cinta con el material aún fresco. Pero… puede suceder que te olvides. En ese caso apelá a la paciencia y esperá varias horas a que esté completamente seco y, antes de despegarla, repasá el borde de la cinta con un cutter y la ayuda de una regla. Esto debilitará el material en esa zona y evitará que se levante al despegar la cinta.

Si precisás delimitar o reservar un recuadro o triángulo con cinta, ayudate con un cutter ancho para cortar las uniones o los  ángulos. Este también te sirve para levantar la cinta al momento de despegarla.

Hay cintas de enmascarar plásticas (de colores) y comunes de papel. Las primeras tienen un poco menos de adherencia, sirven para los productos espesos o pastas que tienen más cuerpo, pero son candidatas a las filtraciones cuando utilizás pintura o vas a realizar glaceados.

En el quehacer artístico todo puede tener una aplicación creativa. El objetivo de reserva de la cinta de enmascarar puede servir como recurso para esas zonas sean las que formulen un diseño o composición.  Además, podés jugar con distintos espesores de líneas y hasta con terminaciones diferentes: por ejemplo, si en lugar de respetar su canto lineal cortás la cinta con la mano generando desgarres e irregularidades.

Gracias a la profesora Lidia González Varela por acompañar algunos de estos consejos.