Realizar manchas
con pintura

No es lo mismo dibujar una mancha que generarla con espontaneidad y que luzca sumamente real.
Esos son algunos recursos muy simples para manchar, sí, pero con estilo.

“La pintura tiene una vida propia. Yo trato de dejar que aflore”, decía Jackson Pollock.
El maestro del arte abstracto trabajaba sobre el piso o la pared a partir de grandes explosiones, chorreados y salpicados de pintura… manchas que primero intencionada y luego moldeaba (o no).
Para superficies más reducidas, también es posible este ejercicio espontáneo con elementos pequeños y caseros.

Dos claves antes de empezar:

• Podés realizar este recurso con cualquiera de nuestras Pinturas al Agua: para Tela, para Sublimación, Acrílicos o Esmaltes Acrílicos, por ejemplo; pero es importante que contemples la superficie sobre la que trabajás (no será lo mismo una tela súper absorbente que un lienzo o una madera muy lisa).

• La experimentación se lleva el crédito de casi todo en el arte. Por ello es muy importante probar cantidades, intensidades, distancias y nuevos elementos además de estos para realizar manchas.

Soplados

La técnica consiste en soplar enérgicamente sobre una gota bien cargada de pintura para que se expanda. Para que la gota quede bien formada te aconsejamos usar un pincel redondo de cerda gruesa de manera tal que al apoyar la punta sobre la superficie, genere una buena descarga.

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Podés probar: cambiar la dirección del soplado, las manchas no quedan igual si soplás perpendicular a la superficie que si lo hacés de costado y marcás una dirección.

Mezcla aleatoria

Cargá una jeringa con pintura, alternando distintos colores en el tubo; al apretar el émbolo y realizar la descarga vas a ver que la pintura se expande y se mezcla al tocar la superficie.

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Podés probar: distintos grosores. Esta variación la obtenés con el tamaño de la jeringa, usando o no una aguja y también aligerando más o menos la pintura con un poquito de agua.

Brocha en altura

Prepará una buena cantidad de pintura en un tarrito y aligerá con un poco de agua. Usá una brocha, cargala bien y -desde no menos de 30 centímetros- dejá chorrear. Esta técnica es ideal para trabajar sobre superficies amplias.

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Podés probar: distintas alturas para lograr las manchas y salpicados que deseás y agregar distinta cantidad de agua para obtener manchas más “explosivas”, cuanto más aligerás, o con mayor volumen y textura cuanto más espesa está la pintura.